Comestibles Fritos Boyacá (FRITS BOY) tuvo su origen en el año 2016, cuando Luis Alfredo Martínez Reyes, un joven emprendedor de Cucaita, Boyacá, decidió crear una empresa que no solo ofreciera empleo en la región, sino que también proyectara sus sabores auténticos. Compartiendo su visión, su hermana Nelcy Stella Martínez Reyes se unió al proyecto y juntos empezaron a trabajar en su cocina familiar, donde elaboraron los primeros chicharrones con sabor picante y natural, dando así origen a Comestibles Fritos Boyacá.
Ese mismo año, los hermanos Martínez dieron un paso clave al consolidar la imagen de la marca y trasladar su producción a una pequeña planta en el barrio Altamira, en Tunja. Todas las mañanas preparaban los productos, y en las tardes salían a venderlos en un carrito de mercado, puerta a puerta, desafiando la competencia de grandes empresas para ganar su lugar en el mercado local.
Durante cinco años, los hermanos realizaron todo el proceso de forma manual: pelando, friendo en sartén y empacando los productos, apoyándose mutuamente y manteniendo su visión firme.
En 2018, la empresa amplió su portafolio, lanzando dos nuevos productos: “papitas caseras” y “surtiditos”, una combinación única de papas fritas, tajadas, tocineta y chicharrones en un solo paquete. Para 2019, se enfocó en la especialización y automatización de la producción de papas fritas, lo cual elevó la calidad y optimizó la eficiencia en la microempresa.
Con el objetivo de mantenerse a la vanguardia, en 2021 la empresa quiso optimizar sus procesos, adquiriendo maquinaria industrializada para mayor productividad, de la misma manera renovó el diseño de sus empaques, introduciendo materiales metalizados que mejoran la conservación, frescura, textura y sabor. Hoy en día es una empresa boyacense reconocida no solo por sus productos, sino también por su calidad, es símbolo de la tradición y esfuerzo. Comestibles Fritos Boyacá.
¡Orgullosamente Boyacense!